Ferrari 512 TR

Tipo de motor: V12 plano I Cilindrada: 4.9 L I Potencia: 428 cv I Peso: 1550 kg I 0-100 kmh: 4.8 s I Vel. Máx: 310 km/h I Unidades fabricadas: 2.261

Ferrari 512 TR

El Ferrari 512 TR (Testarossa), presentado en 1991 como el sucesor del Testarossa, supuso una profunda evolución del icónico modelo de los años 80. Aunque mantenía la reconocible silueta de su predecesor, el 512 TR incorporaba numerosos cambios, mecánicos y dinámicos que lo convirtieron en un coche mucho más completo y maduro. 

Bajo el capó, el motor seguía siendo el característico V12 plano de 4.9 litros, pero profundamente revisado. Se le instalaron nuevos sistemas de admisión, una gestión electrónica Bosch más avanzada y una relación de compresión más alta. Estos cambios elevaron la potencia a 428 CV y el par a 491 Nm, lo que permitía una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y una velocidad máxima superior a los 310 km/h. Más allá de las cifras, lo más destacable era cómo se entregaba esa potencia: de forma lineal, contundente y con un sonido inconfundible y más llamativo que el de su predecesor, propio de los Ferrari de la vieja escuela.

El chasis fue reforzado, la suspensión rediseñada y los frenos mejorados con discos ventilados más grandes. Todo ello resultó en un coche mucho más preciso y comunicativo que el Testarossa original, con mejor agarre, mayor estabilidad a alta velocidad y una respuesta más directa del eje delantero. 

Durante su producción, entre 1991 y 1994, se fabricaron 2.280 unidades del 512 TR. Fue reemplazado por el F512 M, una versión aún más potente pero menos popular visualmente. Hoy, el 512 TR es considerado por muchos como el mejor de la saga Testarossa: mantiene la estética inconfundible del modelo original, pero con un refinamiento técnico que lo sitúa a la altura de los mejores deportivos de su época. El Ferrari 512 TR (Testarossa), presentado en 1991 como el sucesor del Testarossa, supuso una profunda evolución del icónico modelo de los años 80. Aunque mantenía la reconocible silueta de su predecesor, el 512 TR incorporaba numerosos cambios, mecánicos y dinámicos que lo convirtieron en un coche mucho más completo y maduro. 

Bajo el capó, el motor seguía siendo el característico V12 plano de 4.9 litros, pero profundamente revisado. Se le instalaron nuevos sistemas de admisión, una gestión electrónica Bosch más avanzada y una relación de compresión más alta. Estos cambios elevaron la potencia a 428 CV y el par a 491 Nm, lo que permitía una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y una velocidad máxima superior a los 310 km/h. Más allá de las cifras, lo más destacable era cómo se entregaba esa potencia: de forma lineal, contundente y con un sonido inconfundible y más llamativo que el de su predecesor, propio de los Ferrari de la vieja escuela.

El chasis fue reforzado, la suspensión rediseñada y los frenos mejorados con discos ventilados más grandes. Todo ello resultó en un coche mucho más preciso y comunicativo que el Testarossa original, con mejor agarre, mayor estabilidad a alta velocidad y una respuesta más directa del eje delantero. 

Durante su producción, entre 1991 y 1994, se fabricaron 2.280 unidades del 512 TR. Fue reemplazado por el F512 M, una versión aún más potente pero menos popular visualmente. Hoy, el 512 TR es considerado por muchos como el mejor de la saga Testarossa: mantiene la estética inconfundible del modelo original, pero con un refinamiento técnico que lo sitúa a la altura de los mejores deportivos de su época.